
Estos días previos al Superclásico del domingo son únicos para Julio César Falcioni, pero no únicamente por jugar contra el rival de toda la vida. El equipo viene de derrotar categóricamente al Globo y al Bicho, y de jugar un gran primer tiempo frente al Rojo, por lo cual el equipo encontró una estabilidad en su funcionamiento que será clave para terminar la levantada.

El próximo domingo en la Bombonera, seguramente la historia será distinta. Por la envergadura del rival y del partido en sí, pero fundamentalmente por las características. Tras el 3-0 frente a Huracán, ingresó Riquelme para formar el histórico 4-3-1-2. Es un dato a tener en cuenta la decisión de Falcioni de jugar con un solo volante central, no sólo por sus gustos, sino por lo mal que venía jugando la defensa en los partidos anteriores.

Obviamente son todas conjeturas previas, y puede pasar cualquier cosa, como en todos los partidos, sin embargo, si Somoza, Caruzzo e Insaurralde juegan en su plenitud para contener el trío atacante rival, el último mes de los goleadores de Boca, Palermo y Riquelme, más Mouche, dan tranquilidad al hincha de cara al clásico, ya que por fin hay estabilidad futbolística para trabajar y prepararse durante esta gran semana.
por Matías Fabrizio
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