miércoles, 30 de marzo de 2011

De Argentina, España y el Barcelona

Anoche la Selección Argentina empató sin goles ante Costa Rica, con un equipo sin tantas figuras y sin el as de espadas, Lionel Messi. Considero que es un momento importante para hacer un balance de lo que hasta aquí se planteó, de cara a lo poco que falta para la Copa América. Sabido es que Batista tiene como ejemplo e inspiración al Fútbol Club Barcelona. Si lo pensamos un poco, estaría espectacular que la Selección juegue como el Barcelona. A lo largo de los programas he dicho hasta el infinito lo mucho que me gusta el Barça. Ahora, la pregunta es: ¿es imperativo que Argentina juegue como el Barcelona? ¿No es mejor tener un estilo propio?

El equipo catalán tiene sus jugadores, lo mejor de cada pueblo. Además, hace años que juegan juntos. Y eso lleva a que los jugadores hagan cosas sin pensar, sabiendo cuál va a ser la respuesta o devolución de su compañero. Nuestra Selección no podrá jamás tener eso, con tandas de cuatro días de entrenamiento cada tanto. Y los jugadores son distintos, no tenemos porqué estar buscando permanentemente quién puede el Xavi o el Iniesta del equipo. A partir de esa premisa, Argentina toma la idea nativa de Catalunya: posesión excesiva del balón, tocar, tocar, huecos, pase al vacío. Increíble. Compro la idea. Pero termina ahí. Tener la pelota 80% del tiempo y generar pocas situaciones de gol. Esa fue la gran constante desde que está el Checho. Salvo el amistoso que resultó 4-1 frente a España en River, todos partidos con pocos goles y mucha tenencia de balón.

Entonces, Argentina se parece más a la Selección de España que al Barcelona, tocando a los costados, abriendo huecos, y al momento de acelerar, otra vez el toque, convirtiendo el ataque en un “casi” todo el tiempo. Trasladar todo el tiempo la pelota sin aceleración en los 30 metros finales no es fútbol total, son pases sin trascendencia.

Con Costa Rica en particular, Argentina jugó sin delanteros natos. Además habría que sumarle que Batista, ante la ausencia obligada de Higuaín, no pone centrodelanteros. La falta de un “9” natural le resta poder ofensivo, como dice mi colega Matías Fabrizio, carecemos de alguien que juegue de espalda al arco, que aguante la jugada, que devuelva un pared, que tenga presencia en el área y que arrastre marca.

Muchos me dirán que el Barcelona juega sin un centrodelantero natural, pero volvemos a lo mismo de antes: la dinámica del blaugrana es muy difícil tenerla entrenando seis o siete veces por año. A lo mejor, y siendo un fundamentalista del 4-3-3, lo mejor sería tener aceitado ese esquema pero pensar en los nombres y no en el número de teléfono.

La idea del toque constante y la posesión prolongada de la pelota es genial, pero atentos, hay que agregarles velocidad y dinámica. Sino, es más de lo mismo. Falta poco para la Copa América. Los de afuera ya no tendrán otro partido, serán los locales los que deban demostrar ahora.

por Ariel Giuliani

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