lunes, 23 de marzo de 2009

Una victoria necesaria

Gustavo Cabral festeja el gol del empate.

Para pelear la punta del Torneo Clausura River debía vencer en el Monumental a San Martín de Tucumán y así lo hizo por 2-1.
Los millonarios jugaron un primer tiempo para el olvido y se encontraron con un gol inesperado en el primer minuto cuando el uruguayo Jorge Anchén tiró un centro desde la izquierda y tras un toque en la cabeza de Facundo Quiroga, otra vez Mariano Barbosa cometió un error, no había peor manera para empezar el partido para el arquero y para el equipo.
A los 15 minutos del segundo período pudo igualar River con un cabezazo de Gustavo Cabral. En el tercer minuto adicionado, Falcao convirtió el penal que le cobró el árbitro Sergio Pezzotta a Matías Villavicencio por agarrar a Buonanotte en el área.
La desconcentración es lo que abunda en el las primeras partes de los partidos para River y la gente esta vez se lo hizo saber con silbidos, pero parece ser que en el entretiempo su técnico Néstor Pipo Gorosito, hace unas lavadas de cabeza milagrosas, y así sus jugadores salieron a jugar un segundo tiempo totalmente diferente, no por un juego de alto vuelo pero sí por las ganas. La defensa se solidifico y River comenzó a tener más la pelota, los errores que podían aprovechar los tucumanos en el primer tiempo ya no estaban.
Lo que terminó de cambiar la cara del equipo fue la entrada de Marcelo Gallardo por Abelairas. El mediocampista fue el artífice de la jugada que terminó en el gol del empate, un centro perfecto a la cabeza Gustavo Cabral. cuando parecía que el partido terminaba en igualdad, un penal clarísimo de Villavicencio sobre Diego Buonanotte, en el último minuto agregado de juego, hizo revivir las esperanzas de los hinchas millonarios. El penal fue ejecutado por el goleador de River Radamel Falcao García y con esto se cerró el partido.
El paupérrimo primer tiempo había sido olvidado. Los hinchas de River cambiaron los silbidos por aliento porque no solo era una importante victoria de River, sino porque por fin el equipo mostraba carácter a falta de fútbol. Además, los otros resultados lo favorecían, Lanús no había ganado y Vélez tampoco.
El arbitraje es un apartado, Sergio Pezzotta no vio un clarísimo penal a Falcao y cobró mal ciertas posiciones adelantadas que habrían cambiado el resultado del partido.
Ahora es momento de festejo para el planeta riverplatense porque luego de la desilusión en la Copa contra Nacional, River se debía un partido así, pero no hay que olvidar que el equipo tiene todavía una deuda con su gente. La del buen juego, la del disfrute, esa que solo la gente de River puede entender.

por Giselle Prado


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