Uno sí, el otro no

Vélez y Lanús jugaron ayer sus respectivos partidos de vuelta de los octavos de final de la Copa Nissan Sudamericana. El Fortín sigue en el certamen internacional tras empatar en Chile y el

Grana no pudo ante la gran diferencia que le había sacado la Liga de Quito en el partido de ida.

El conjunto de Ricardo Gareca tuvo, nuevamente, enfrente a un digno rival, porque la Unión Española le volvió hacer la vida imposible al campeón argentino, y durante gran parte del partido estuvo con pie en cuartos de final.

El primer gol de la Unión llegó por intermedio de Jorge Ampuero que definió mano a mano ante Germán Montoya, con este gol los chilenos igualaban la serie y se clasificaban por los tantos obtenidos en el Almafitani la semana pasada. El segundo grito fue de Gustavo Canales, quien dejó sin chance al uno de Vélez tras un tremendo cabezazo.

Con estos dos goles en contra parecía que la ilusión del Fortín de seguir con vida en el certamen internacional era nula. Pero Gareca volvió a mover las fichas y, como hace una semana, la solución estuvo en el banco, porque Leonardo Caruso entró por Maximiliano Moralez y fue el héroe de la noche.

El ex delantero de Godoy Cruz aprovechó su primera oportunidad, y a los dos minutos del complemento logró el 2 a 1, luego de una jugada dudosa, porque los chilenos reclamaron que la pelota se había salido. Este resultado no le alcanzaba a Vélez y por eso fue, con más garra que ideas. Tras un corner mal ejecutado por Gastón Díaz, Nicolás Otamendi la volvió a poner en el área, cosa que aprovechó Caruso, porque quedó mano a mano ante Cristian Limenza, y con un suave toque a la izquierda del arquero estampó el empate.

Vélez volvió a mostrar un gran déficit a la hora de crear juego, pero lo que sostiene el presente del Fortín es la gran calidad de sus jugadores y la posibilidad de tener uno de las planteles más largos de la Argentina.

Por su parte, Lanús jugó más por obligación que por ganas, porque la ventaja que había sacado la Liga de Quito en Ecuador fue más que suficiente.

Lanús jugó mejor que la Liga pero no contó con la suerte necesaria, ya que su delantero Santiago Salcedo no estuvo fino a la hora de concretar, y además tuvo que soportar un mal arbitraje de Juan Soto, que en el primer tiempo no cobró dos penales para los argentinos.

El marcador se abrió recién en el segundo tiempo. El goleador de la serie, Mario Bieler, clavó un tremendo zapatazo que Mauricio Caranta no pudo contener. El delantero argentino marcó cuatro de los cinco goles que obtuvo su equipo en los dos partidos. El empate llegó por intermedio de Salcedo, que de tanto ir consiguió su recompensa. El paraguayo se anticipó a la salida de Alexander Domínguez y con un certero cabezazo decretó el empate.

Lanús ha entrado en un bache futbolístico muy profundo, porque no puede lograr el característico juego que mostró en los últimos años, a pesar de que los jugadores son prácticamente los mismos, salvo las ausencias del arquero Carlos Bossio, el volante Diego Valeri y el delantero José Sand.

por Gastón Corti