Anoche, Estudiantes y San Lorenzo dieron el puntapié inicial al torneo de verano. El Ciclón pudo quedarse con un agónico empate sobre el final del partido. Pero en realidad no voy comentarles quien hizo los goles o hacer una crítica sobre los reiterados errores de la defensa azulgrana, describir el golazo de Salgueiro o la vuelta al arco de Gustavo Campagnuolo, sino que describiré otro tema.
El año pasado se vivió un hecho histórico para nuestro país con respecto al fútbol porque Canal 7 se hizo cargo de la televisación de todos los partidos de primera división. Obviamente no descubro nada con esto, pero más allá de eso uno pudo apreciar los diez encuentros de nuestro amado deporte en forma gratuita, y dejar de lado, por suerte y de una vez por todas, la obligación de comprar un codificado.
Es cierto que el canal público no estuvo a la altura de las circunstancias. Tuvimos que soportar varios errores de los periodistas que hacían sus primeros pasos en las transmisiones televisivas, como también equivocaciones en la parte de la producción enfocando jugadas desde ángulos en donde no se podía apreciar correctamente lo que sucedía. Pero sobre esto ya Nicolás Natrone se encargó de hablar en la nota Nueva televisación: los pro y contra, por lo cual tampoco quiero comentar sobre este hecho.
El año pasado se vivió un hecho histórico para nuestro país con respecto al fútbol porque Canal 7 se hizo cargo de la televisación de todos los partidos de primera división. Obviamente no descubro nada con esto, pero más allá de eso uno pudo apreciar los diez encuentros de nuestro amado deporte en forma gratuita, y dejar de lado, por suerte y de una vez por todas, la obligación de comprar un codificado.
Es cierto que el canal público no estuvo a la altura de las circunstancias. Tuvimos que soportar varios errores de los periodistas que hacían sus primeros pasos en las transmisiones televisivas, como también equivocaciones en la parte de la producción enfocando jugadas desde ángulos en donde no se podía apreciar correctamente lo que sucedía. Pero sobre esto ya Nicolás Natrone se encargó de hablar en la nota Nueva televisación: los pro y contra, por lo cual tampoco quiero comentar sobre este hecho.Pero, desde que Saúl Laverni dio el pitazo final al partido entre Godoy Cruz y Arsenal, todos los futboleros comenzamos un período de abstinencia. A partir de ese instante, no volvimos a ver a nuestros queridos "22 boludos" (como suele decir la mayoría de las mujeres) correr atrás de una pelota. Pero, nosotros no sólo consumimos los partidos, sino que también todos los programas que están relacionados con él, los cuales también deciden tomarse unas vacaciones.
Por este motivo, uno se queda sin el pan y la torta, porque no tiene ni los partidos ni los programas cotidianos que hablan sobre lo que sucedió, lo que sucede y lo que está por suceder en nuestro fútbol. Pero, los encargados de dirigir los canales deportivos, toman la decisión de empezar a recordar programas en los cuales haya habido una jugosa nota a una reconocida figura de nuestro deporte o poner al aire el viejo y querido resumen de goles, errores, patadas, etc. Con lo cual, los fanáticos del deporte más hermoso del mundo tenemos días en que éstas movidas de los canales logran cubrir nuestra necesidad de ver partidos.
El problema empieza cuando los programas de repetición uno ya los ha visto una y otra vez, a tal punto de saberse las preguntas y respuestas o "adivinar" a donde definió tal jugador o donde fue tal patada. Por lo cual, intentamos reemplazar el fútbol con otros deportes que no paran, ejemplo: básquet, vóley o el nuevo show que tenemos en nuestro país; el Dakar.Pero ninguno logra llenar el vacio que ha creado el fútbol. Es ahí cuando aparecen los torneos de verano. Uno, creo que con esta cuota mínima de nuestro hermoso deporte, se podrá cubrir éste bache, pero cuando observamos el nivel de los equipos, debido a la dura puesta a punto que están haciendo en las pretemporadas, se replantea si fue mejor o peor el haber podido apreciar como la pelota rueda en el verde césped.
A partir de ese momento, es cuando uno comienza a ver el fixture del torneo que se avecina. Saber de memoria cual es el primer rival de la primera fecha, contra quien es la segunda y obviamente mirar cuando se juega contra nuestro clásico rival. Por tal motivo, uno llena el vacio futbolístico pensando en lo que será el próximo torneo, circunstancia que dura poco, pero nos sirve para creer que cada vez estamos más cerca de escuchar el ruido del silbato del árbitro que indica el comienzo del encuentro y del campeonato.
Por todo lo mencionado anteriormente, el mes de enero es el peor momento que vivimos los amantes del fútbol. Sin poder obtener nuestra cuota diaria del deporte más hermoso del mundo, pasamos por etapas durísimas de abstinencia futbolísticas. Así que por favor no veo la hora de que llegue el 29 de enero para poder volver a la normalidad.
por Gastón Corti
Realmente t desvelé! jejejejejeje Por lo menos hiciste algo productivo! jajajaja xD
ResponderEliminar