
La figura política de Hugo Moyano ha tenido un crecimiento notable desde que el matrimonio Kirchner maneja los destinos de los argentinos. Esto lo ha llevado a ser el vicepresidente del Partido Justicialista, por lo cual está presente en la gran mayoría de las decisiones que toman los “K” sobre el futuro de nuestro país.
Pero la obstinación de Moyano ha pasado los límites de la política y ha comenzado sus primeros pasos en el fútbol argentino, tal es así que el líder sindicalista tiene un gran poder de decisión en los destinos de Independiente de Avellaneda; Barracas Central; Alvarados de Mar del Plata y del Club Atlético Social y Deportivo Camioneros.
Éste último fue fundado por Moyano padre junto con su hijo Pablo en 2005, y limita en la Liga Lujanera, en donde ocupa el tercer lugar de la tabla. Los colores de la camiseta del equipo son los mismos que identifican al gremio de los camioneros (verde y blanco).
El conjunto camionero cuenta con una gran diferencia con los demás equipos, porque a pesar de que la categoría donde limita es amateur, el pago de viáticos está permitido, por lo cual los Moyano tientan con salarios que rondan los 1500 y 2000 pesos por mes a jugadores que están en ligas menores de Ecuador o Guatemala para que regresen al país a defender los colores verde y blanco.Pero este proyecto es más ambicioso aún porque, según allegados al sindicalista, éste pretende construir un estadio para alrededor de 20 mil personas, que estaría ubicado en el partido de General Rodríguez en el noroeste de la Provincia de Buenos Aires.
El otro vinculo que tiene Moyano con el fútbol es con Independiente, el cual, además de buscar un beneficio político, lo une un amor por la camiseta roja, tanto de él como de su hijo.
En 2008 Moyano llegó a un acuerdo político con el por entonces presidente de Independiente, Julio Comparada, quien en diciembre de ese año se postulaba para la reelección de la entidad de Avellaneda. El empresario ganó las elecciones con un 76% de los votos, que es un récord en la historia del club.
Con esta sociedad, Moyano logró un lugar importante en las decisiones de la vida institucional de Independiente. Pero él no es la cara visible en las asambleas de los diablos rojos, sino su hijo Pablo.
Pero antes de este vinculo con Comparada, Moyano ya mostraba interés por ser parte de la vida cotidiana de Independiente. En la temporada 2005/2006 el líder sindicalista acercó al club de sus amores, la empresa Forjar Salud, que se encarga de la cobertura médica de los afiliados al gremio camionero.La empresa de salud llegó a un acuerdo con Independiente, al cual le pagaba 375 mil dólares por esa temporada a cambio de hacerse cargo de la cobertura médica de los jugadores y cuerpo técnico, como también encargarse del servicio ambulatorio en cada partido y estampar su logo en la remera roja.
Además de esto, el líder sindicalista fue un factor principal para que en 2003, el por entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, le donara a la institución de Avellaneda 27 hectáreas en Villa Dominico para construir el campo de entrenamiento.
La conexión que une a Moyano con el club Barracas Central, que juega en la Primera C, es claramente comercial. Porque en el barrio de Barracas, lugar donde está la cancha, se encuentran la mayor cantidad de empresas transportistas.Para hacerse cargo de los manejos de este conjunto de Barracas, Moyano eligió a su yerno, Claudio “Chiqui” Tapia, que desde su llegada al humilde club cambió notablemente la vida institucional y económica.
El equipo de Barracas pasó a ser uno de los conjuntos más importantes de la divisional. Este cambio se debió al gran aporte económico que hicieron los Moyano, que ronda los 500 mil pesos por temporada.
Además de esto, en 2007 Tapia vivió uno de los momentos más importantes de su carrera dirigencial en el fútbol, ya que fue nombrado como presidente de la divisional, en un fallo que tuvo que realizarse dos veces por presuntas amenazas de hinchas de Dock Sud.
El último equipo que responde a las órdenes de Moyano es Alvarado de Mar del Palta. La decisión del líder sindicalista por involucrarse con este conjunto es simplemente sentimental, porque la ciudad balnearia fue donde pasó sus años de infancia el máximo representantes de los camioneros.Moyano pactó con la dirigencia de Alvarado hacerse cargo del pago de los sueldos de todo el cuerpo técnico. Este convenio se llevó a cabo por un monto de 500 mil pesos por temporada, pero lo que pidió a cambio el líder sindicalista fue estampar el logo del gremio en la remera del club marplatense.
Todos estos negocios le demandan a Moyano un importe cercano a 1.200.000 pesos al año, pero lo que pide a cambio en las tres instituciones del ascenso es posicionar la figura del gremio en el mundo del fútbol, como además la presencia de los simpatizantes de cada institución en los diferentes actos gremialistas.
Como ha quedado demostrado en la historia de la Argentina, el fútbol cumple un rol importante en la sociedad. Por tal motivo no es extraño que una figura política fije el ojo en el deporte preferido de los argentinos.
por Gastón Corti
No hay comentarios:
Publicar un comentario