Recibidos como verdaderos héroes.El plantel de Estudiantes de La Plata arribó ayer al país pasada la medianoche y poco más de 3000 hinchas lo recibieron en las adyacencias del aeropuerto de Ezeiza ya que las autoridades del mismo no permitieron que éstos ingresaran al lugar de arribo del plantel subcampeón del mundo.
Tras la norma que impuso la dirección del aeropuerto de Ezeiza para que sólo ingresen al edificio pasajeros de los vuelos próximos a salir, los simpatizantes del león esperaron a un costado de la autopista Ricchieri para hacerle el aguante y agradecerle al plantel, incluido el cuerpo técnico, por haber puesto bien en alto el nombre del club y dejar todo en la cancha para conseguir el Mundial de Clubes.
Tras la norma que impuso la dirección del aeropuerto de Ezeiza para que sólo ingresen al edificio pasajeros de los vuelos próximos a salir, los simpatizantes del león esperaron a un costado de la autopista Ricchieri para hacerle el aguante y agradecerle al plantel, incluido el cuerpo técnico, por haber puesto bien en alto el nombre del club y dejar todo en la cancha para conseguir el Mundial de Clubes.
Más allá de toda crítica que en distintos medios se le está haciendo al técnico Alejandro Sabella por su supuesto planteo mezquino desde el inicio del partido y más aún en el segundo tiempo cuando el Barcelona se llevó por delante a Estudiantes, hay que tener en cuenta que el todavía campeón de América tuvo enfrente a otro, no sólo superpoblado de estrellas, que demuestra certamen tras certamen en el que participa que ya se convirtió en uno de los mejores de la historia del fútbol mundial y eso no es poca cosa.
Si bien la premisa de uno de los próceres del estilo pincha como Carlos Salvador Bilardo siempre fue “del segundo nadie se acuerda”, este segundo sí será recordado con orgullo por todos los fanáticos del león porque los hicieron sentir más hinchas de Estudiantes que nunca a pesar de la derrota ante tamaño rival. Por eso, todos los integrantes del plantel serán siempre reconocidos como los Héroes de La Plata.por Nicolás Natrone
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