miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cómo fue cubrir un entrenamiento de la Selección

En la tarde de ayer, este humilde servidor tuvo la fortuna de presenciar por primera vez en su vida una cobertura en tiempo real de la previa de uno de los grandes choques del fútbol mundial. Estoy hablando, claro, de Argentina vs. Brasil.
En una tarde que difícilmente podré olvidar, pasaré a relatar paso a paso todo lo vivido en el predio de la AFA, situado en Ezeiza.

El acceso a toda la prensa se dio a partir de las 16:30, tras aguardar en una larga fila de autos, estacionados al costado de la bajada de la autopista Richieri, para poder ingresar dentro del predio.

Una vez adentro, la gente de seguridad nos recibió con un vallado a unos 100 metros de la cancha en donde se encontraba entrenando la Selección. Ante esta medida, muchos camarógrafos coparon la parada y pasaron el vallado, para tomar unas fotos de un poco más de cerca.

Rápidamente los hombres de seguridad con pechera verde flúor van a su encuentro. Entonces ahí se generó la bronca por parte de los medios de comunicación: Entre gritos, reclamos y discusiones, un grupo de 20 fotógrafos y “cameramans” incitaban a los demás colegas a invadir la zona vallada y acerarse aún cada vez más hacia el borde del campo de juego.

Tras cinco minutos de tire y afloje, todos los periodistas y demás laburantes de los medios, se agolparon contra los carteles de publicidad, para así poder vivir de mas cerca el partido informal que dispuso Maradona. Se hicieron unos 40 minutos de picado: La consigna impuesta por el D.T. era “No hay off-side”.

Así, luego del mini partido, los jugadores se retiraron a los vestuarios, a excepción de los arqueros, quienes fueron peloteados por la gran zurda del diez. Rápidamente los periodistas y demás personas que se encontraban sobre el lateral que da a la autopista, corrieron velozmente hacia el sector por donde pasarían los jugadores para intentar sacar alguna declaración. El único que habló fue Diego Armando Maradona, quien luego de poner a prueba a los “porteros”, se encontraba bastante agitado.


Pasó Maradona y ahora los periodistas se encontraban fuera del recinto techado, para tratar de interceptar a cuanto jugador pase caminando para subirse a su vehículo, mientras que otros se encontraban bajo la superficie “in-door” para presenciar la conferencia de prensa de Mariano Andujar, "Toto" Salvio y Maxi Rodríguez.

Yo me dirigí hacia la conferencia de prensa, donde imaginé encontrar en la antesala alguna especie de “catering” para los periodistas, ya que no tuve la posibilidad de almorzar al mediodía.
A duras penas había 4 jarras con café (donde no había vasitos descartables) y algunas botellitas de agua mineral y gaseosa cola, ambas, patrocinadoras oficiales de la Selección.
Unos diez minutos duró la conferencia de prensa, y rápidamente me dirigí hacia fuera a entrevistar a los protagonistas y además a chupar frío.
Afuera reinaba el caos y el descontrol, tratando de entrevistar a cuanto jugador pasara.
Messi tenía más periodistas encima, que jugadores rivales en cualquiera que otro partido.
Gago dio dos notas y se fue a los pedos, mientras un cronista de TyC decía por lo bajo: “Pero que ortiva que es...”

Párrafo aparte para la “Brujita” Verón, quien estaba dando marcha atrás con su imponente auto negro, hasta que fue obstaculizado por un puñado de periodistas. Parecía que Juán se iría en menos de cinco minutos, sin embargo a los 30 minutos, aún seguía dando notas.
Felicito al capitán de Estudiantes por su gran gesto para con la prensa, lejos el más amable de los entrevistados.

Otro de los jugadores que se prestó para hacer notas exclusivas fue el jugador del Atlético de Madrid, Maxi Rodríguez, quien ya habiendo hablado en la conferencia de prensa, se prestó para dialogar con varios medios, los cuales tenían la exclusiva.

Lentamente caía la noche y se aguardaba por la salida de Maradona, mientras tanto Martín Palermo quien fue convocado a último momento, también se prestó a brindar notas.
La jornada llegó a su fin y me dirigí en busca de mi auto con la alegría y la anécdota de haberle puesto el micrófono para sacarle algún testimonio a Maradona, Messi, Verón y compañía.



por Pablo Bollini

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