Kaká decretó el 4-3 final, gracias a un fallo polémico del árbitro inglés Howard Webb.
Todos sucedió luego que el remate de Lucio, defensor brasilero, diera en un jugador egipcio que desvió la pelota sobre la línea del arco, ocasionando que el árbitro cobrara un tiro de esquina.
Sin embargo, el jugador africano y recién ingresado, Ahmed Al Muhamadi sacó alevosamente la pelota con el brazo derecho, la cual se colaba por el primer palo.
Tal vez, al darse cuenta de su gran error, el número 3 se quedó tirado en el piso, intentando simular un pelotazo en el rostro.
El árbitro había cobrado el córner, pero en medio del tumulto de jugadores brasileros que le reclamaban esta falta al juez, en ese mismo instante por el auricular que poseen los árbitros del partido, los cuales están comunicacdos entre sí, el cuarto árbitro le avisó que había sido un penal más grande que una casa.
Finalmente el árbitro revirtió el fallo, cobró el penal y expulsó al jugador egipcio.
Brasil ganó justamente, ¿pero la tecnología se aplica igual en todos los partidos?
¿No era que la FIFA repudiaba el uso de pantallas en los estadios, los cuales transmitieran el partido en vivo, o repitan jugadas polémicas ante la euforia y el enojo de los hinchas perjudicados?
Así, Brasil logra ganar a los 90 minutos un partido chivo ante un rival fácil, en los papeles, y obtener así, los primeros tres puntos de la Copa de las Confederaciones que se disputa en Sudáfrica.
A continuación, el video con la jugada polémica. Bueh!, de polémica no tuvo nada, ya que queda clarísimo que fue un penal.
por Pablo Bollini
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