Boca ganó ayer 3 a 0 a Guaraní de Paraguay, con goles de Palermo; Palacio y Riquelme, acumulando, con esta victoria, la cuarta en forma consecutiva en el torneo internacional.

Boca es un equipo en la Copa y otro en el Torneo. Será por la historia que tiene en este tipo de competencia y además por que sus jugadores, a diferencia de los otros equipos argentinos, le sobra chapa para jugar estos partidos.
En el torneo local Boca tiene 11 puntos y sólo tres partidos ganados. Realidad opuesta, ocurre en la Libertadores, ya que es líder del Grupo 2 con 12 unidades y puntaje ideal. Con respecto al juego el equipo xeneize mostró el mismo nivel que mantiene en el torneo local. Ayer, ante un débil equipo paraguayo, volvió a mostrar grandes dudas.
Guaraní manejó la pelota durante el comienzo del partido y obligó a Boca a jugar al ritmo que proponían los paraguayos. Pero a diferencia de los demás equipos argentinos, los xeneize tienen grandes jugadores de calidad. Esto se vio reflejado a los 33 minutos del primer tiempo, ya que Rodrigo Palacio desbordó por la derecha y descargó atrás para que Martín Palermo definiera solo ante el arco.
No hubo que esperar mucho tiempo para poder apreciar como la Bombonera explotaba de alegría. Ya que, Juan Román Riquelme quedó solo en el borde del área grande y habilitó, con un pase magistral, a Palacio, quién estaba libre en el medio. El ex Bandield no tuvo muchos inconvenientes para poder incrementar la cuenta, dado que lo único que tuvo que hacer fue empujar la pelota.
Ya con dos goles de diferencia parecía que en la Bombonera podría haber una gran goleada. Pero como, se mencionó anteriormente, Boca no tuvo un buen partido y permitió que Guaraní creciera gracias a méritos ajenos que propios.
La jugada que le dio el descuento a los paraguayos fue de otro partido. Miguel Paniagua, en una baldosa, dejó de lado a tres jugadores xeneize y, para decorar la jugada, dejó desparramado a Roberto Abbondanzieri que salió a atararlo.
En el segundo tiempo Boca jugó a media máquina. Mantuvo la pelota y manejó el partido a gusto. Gracias a esto logró llegar un par de veces más. Pero la cuenta se cerró a los 37 minutos. Luego de un centro de Pablo Mouche, Eduardo Filippini pifió la pelota en el área chica y sin intención le pegó en la mano. El árbitro Víctor Rivera, en una decisión inexplicable, cobró penal. Riquelme se hizo cargo de este regalo, y la picó al palo derecho de Joel Silva, quién se tiró al mismo lugar pero no pudo contener el remate.
El partido estaba terminado, y con esta victoria, Boca logró dar un gran paso para poder seguir en la Copa Libertadores. El próximo partido del equipo de Carlos Ischia será ante Deportivo Cuenca en Ecuador.
Curiosidad
Ya hace mucho tiempo que se sabe que Juan Román Riquelme no tiene una buena relación con varios de sus compañeros. Ayer a la noche se vivió una situación muy particular durante el partido. A los 28 minutos del primer tiempo, el 10 de boca arrancó desde la media cancha, encaró para el medio, y cuando estaba cerca del área, los defensores de Guaraní salieron a atorarlo. El ex jugador del Villareal tuvo que descargar para atrás para no perder la pelota. A partir de ese momento, se pudo apreciar, a través de la televisión, como Riquelme insultaba a Palacio por no haber picado para darle el pase. La otra imagen fue durante el festejo del gol del bahiense, ya que Román lo saludó cuando los jugadores xeneize se dirigían al medio. El saludo entre los dos se vio bastante frió y se puede mencionar que fue más por obligación que por ganas entre ellos.
Al finalizar el partido se le preguntó a Sebastián Battaglia sobre que opinaba de la situación vivida por sus compañeros, y el mediocampista xeneize declaró: "Son cosas que pasan adentro de la cancha, por la adrenalina del partido, pero si es para mejor no hay problema". Por su parte Palermo mencionó: "Si hay problemas se tienen que arreglar adentro del vestuario".
por Gastón Corti
No hay comentarios:
Publicar un comentario