Lo mejor del súper clásico, el espectáculo en las tribunas.Luego de una semana de expectativa, el domingo finalmente se jugó el súper clásico del fútbol argentino, Boca-River.
Cuando todo hacía suponer que la victoria xeneize sería aplastante, el equipo más feo de la historia de River logró el empate de la mano del jugador que formó parte del equipo que le dio la última gran alegría a los hinchas millonarios, la Copa Libertadores de 1996.
La lesión de Riquelme fue un buen augurio para el pueblo millonario. Que no esté el máximo ídolo de Boca en la actualidad quitaba un gran dolor de cabeza, recordemos que Román le dio la última Copa Libertadores a su equipo.
Del partido ya no hay nada que decir, puesto que no sucedió nada. Sólo algunas histeriqueadas de “vedentonga barata” de Cristian Fabbiani, se estará contagiando de sus mujeres, y los aires de caudillo venido a menos de Claudio Morel Rodríguez, que lo único que hace es pegar y aún más en el estigma del equipo que gana con el cuchillo entre los dientes y no con el talento en la piernas.
Los dos equipos fueron fantasmas, más Boca que River, puesto que este primero venía demostrando un gran nivel en la copa y tanto la gente como la prensa esperaba más de ellos, de River no se esperaba mucho, luego del último puesto en el campeonato pasado, una derrota no sorprendía.
Empataron con goles de otro partido, quizás porque el gol del empate lo hizo el equipo millonario, fue quien salió beneficiado pero, ¿qué ganó? Sí perdió dos puntos y se alejó de los líderes. ¿Y Boca? … bueno, Boca nunca jugó por el campeonato pero no era necesario dejarlo tan claro en el clásico.
¿A quién le conviene este empate?, no podían hacer más, los hinchas deben pedir clásicos decentes, clásicos a la altura de los equipos en cancha.
Cuando todo hacía suponer que la victoria xeneize sería aplastante, el equipo más feo de la historia de River logró el empate de la mano del jugador que formó parte del equipo que le dio la última gran alegría a los hinchas millonarios, la Copa Libertadores de 1996.
La lesión de Riquelme fue un buen augurio para el pueblo millonario. Que no esté el máximo ídolo de Boca en la actualidad quitaba un gran dolor de cabeza, recordemos que Román le dio la última Copa Libertadores a su equipo.
Del partido ya no hay nada que decir, puesto que no sucedió nada. Sólo algunas histeriqueadas de “vedentonga barata” de Cristian Fabbiani, se estará contagiando de sus mujeres, y los aires de caudillo venido a menos de Claudio Morel Rodríguez, que lo único que hace es pegar y aún más en el estigma del equipo que gana con el cuchillo entre los dientes y no con el talento en la piernas.
Los dos equipos fueron fantasmas, más Boca que River, puesto que este primero venía demostrando un gran nivel en la copa y tanto la gente como la prensa esperaba más de ellos, de River no se esperaba mucho, luego del último puesto en el campeonato pasado, una derrota no sorprendía.
Empataron con goles de otro partido, quizás porque el gol del empate lo hizo el equipo millonario, fue quien salió beneficiado pero, ¿qué ganó? Sí perdió dos puntos y se alejó de los líderes. ¿Y Boca? … bueno, Boca nunca jugó por el campeonato pero no era necesario dejarlo tan claro en el clásico.
¿A quién le conviene este empate?, no podían hacer más, los hinchas deben pedir clásicos decentes, clásicos a la altura de los equipos en cancha.
Quizás los jugadores deberían usar más el youtube y observar como hace algunos años se jugaba un clásico, donde se enfrentaban dos formas de jugar, dos formas de ver el fútbol, dos formas de vivir el fútbol. Porque esa es la rivalidad que se enfrenta una vez por campeonato.
por Giselle Prado
El máximo ídolo de en la actualidad de Boca no es Riquelme!!!!!!!!!!!! Es Palermo, la puta madre!!!
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